viernes, 1 de agosto de 2008

Return to London... Again

Dada la cantidad de curro acumulado y mi interminable dejadez, parece ser que éste blog va a ser renovado sólo cuando me dedique a visitar la pérfida Albión. No es que no quiera hacerlo de otra forma, es que no no lo he hecho. Espero cambiar este terrible hábito en breve y dedicarme a actualizar el post más a menudo con mis múltiples paridas.
De momento esto es lo que hay. Un viaje a Londres más, pero esta vez sin la presión del trabajo y las carreras para llegar a tiempo. Simplemente mi hermano y yo tres días en la gran ciudad británica, de vacaciones haciendo el ganso y pasándolo de puta madre. Tres días para alejarme de Madrid y desintoxicarme un poco, que buena falta me hacía. Así que nos echamos la maleta al hombro, pillamos el avión y nos fuimos a un hotel muy mono y supuestamente céntrico que estaba en Hyde Park, cerca de Marble Arch, donde se encuentra la zona comercial de Londres. Conocía más o menos la zona pero el hotel parecía estar más cerca, y entre unas cosas y otras para llegar a Marble Arch había que andar del orden de 3 km cada mañana (el metro es demasiado caro). Y luego a patearnos Londres. Una y otra vez. hemos visitado todas las zonas supuestamente interesantes. El memorial de Wellington, el puto palacio de Buckingham, el monumento a la reina Victoria, el Big Ben, el Támesis, La abadía de Westminster... Esas cosas que siempre sacan en los folletos, incluyendo al puto almirante Nelson en la jodida plaza de Trafalgar, que dichosa la hora y mal rayo le hubiese partido al amigo.
En mis visitas anteriores no había perdido el tiempo con esas cosas (había tanto que comprar) pero en esta con mi hermano (el señor paciencia... a veces es desesperante, el niño, cuando empieza a molestarte que te duela algo, que cojees o que respires... Los hermanos pequeños son así) había que visitarlo todo y ya aprovechar la coyuntura. Andando... a todas partes... Cosas de la locura. Cuando uno se lanza a la aventura, ¿qué son unos 15 km diarios? Nada, simple viaje. Nos lo hemos pasado de lujo, eso sí. Memorable la visita al Emirates Stadium del Arsenal, las compras en cualquier rincón de Londres (he recuperado mi camiseta de los Thundercats, y mi hermano en Forbidden Planet con todo lo que dice tiene más peligro que yo), las mujeres y las risas (menuda forma de promocionar ropa interior que tienen las tiendas de Londres, a la foto me remito), la camarera del pub cerca de Trafalgar al que acudíamos para refrescarnos el gaznate sólo por verla a ella y con la que mi hermano no llego a entenderse por mucho que quiso (la barrera del idioma y yo de traductor...). La cena a la orilla del Tamesis comiendo sandwiches y Doritos (comida sana ante todo), los regresos a casa Hyde Park p´arriba a las 12 de la noche, las rebajas, las inglesas y mi compañera de curro Nayara que me la encontré por Oxford Street. Mención especial ese grito de "Marcial" que se cascó mi hermano en pleno Tamesis con los ingleses pensando que estaba loco, dedicado a la tropa que nos esperaba en casa.
Un viaje memorable, como suelen serlo casi todos, pese a no tener aire acondicionado en la habitación, pese a dormir en la misma cama (nos la metieron doblada), pese a andar hasta que me sangraron los pies (tengo pruebas de ello, no es coña), pese a que llovió el último día. Me pude agenciar el libro de Black Hawk Down que llevaba meses tras él a sólo 3 libras (4 euros con poco) y Seagalogy, un extenso y cachondo repaso a las películas de ese geniod e la comedia que es Steven Seagal y que el propio Guillermo del Toro ha recomendado encarecidamente. Libros, por supuesto, de esos que en España no hemos oído ni hablar, claro. Además de una camiseta de Prison Break y ropa de fútbol que aquí ni suena o mis eternos DVD´s, con la serie animada de Batman (la primera temporada) a sólo 13 euros (me arrepiento de no haber pillado las dos temporadas, coño), y dos pelis bélicas, una francesa (Days of Glory) y otra coreana (Brotherhood), que aquí no había visto y que estaban tiradas de precio. Londres puede parecer caro, sobre todo el transporte público, comer y alojarse. Pero en cuestión de rebajas... Son unos cracks.
Y así termina este hermoso viaje al corazón británico que hemos disfrutado y que queremos repetir el año próximo. Tres días, dos noches. Se aceptan acompañantes de todo tipo que se animen a montarse en el avión y a reírse de los guiris.
Os dejo un video simpático.



1 comentario:

Unknown dijo...

Me alegro que lo pasaras bien...q crack tu hermano...Un besito...