jueves, 18 de junio de 2009

Han pasado ya unos años... Buffy, la épica de la cordura

Sé que con este blog algún amigo y conocido mío potará al leer el título y luego dejará de leer. Lo siento por ellos, que se lo pierden. Buffy es, ha sido y será una obra maestra de la pequeña pantalla hasta el final y con un par. No porque lo diga yo sino porque para ello se le dedican hasta estudios universitarios debido al complejo análisis de personajes y cómo evolucionan los mismos en la serie de televisión. Quiero decir, si gente de Oxford y Harvard le dedican seminarios y tesis doctorales, algo tendrá el invento. Además de ser, para la mayoría de expertos en televisión, la mejor serie de corte juvenil jamás producida y una de las revelaciones de los 90. A quien no le guste, lo entiendo. En serio. Y lo respeto. Gustos y colores. Pero es una serie cojonuda.
¿Por qué? Pues porque Buffy no habla de una chica que caza monstruos y vampiros, sino de lo que supone crecer en el mundo, ser joven y recibir los primeros palos de la vida. Buffy es una serie tremendamente amarga y trágica que habla de la soledad, la pérdida, el mundo alienante que nos ocupa, y de la gente que se atrinchera a nuestro lado y nos ayuda a sobrevivir día a día. Buffy habla de la guerra que supone hacerse adulto. De nuestros miedos y de nuestras miserias. En lenguaje de metáfora, sin concesiones, sin mucha noñería, con seriedad y respeto por los personajes y por los espectadores, que a nada que sean un poco avispados, se darán cuenta del juego y entenderán lo que quieren decirles.
Joss Whedon, su creador, es una máquina de hacer este tipo de cosas y no ha dudado en demostrarlo con otras joyas como Angel, Firefly, Serenity, los cómcis y ahora Dollhouse.Whedon es un extraordinario guionista que supo ponerse en la piel de sus personajes y darles unas voces únicas y diferentes. Y maravillosas. Y se reservó un papel para él. No cómo actor, sino su personalidad como ser humano, incluso su trabajo como guionista, lo que dejó perfectamente claro en la última temporada con diálogos como éste:

XANDER
Nunca sabrán lo duro que es no ser el elegido, Dawnie. Vivir tan cerca de los focos y nunca estar bajo su luz. Pero yo lo sé. Veo más de lo que nadie se imagina porque nadie se fija en mí. Te vi la otra noche. No eres especial. Eres extraordinaria.

DAWN
Quizá ese es tu poder

XANDER
¿Cuál?

DAWN
Ver. Saber.

XANDER
Quizás.


La perfecta definición del trabajo de guionista. Es el que observa, el que sabe más que nadie o debería, pero al mismo tiempo es en el que nadie repara, nadie se percata de él. No está bajo el foco de la fama y el poder como los directores y los actores. Excepto en televisión, claro, donde el guionista es el dueño y señor y de donde surgen los pesos pesados de la industria, como Whedon, Abrams, Sorkin, Ryan, Murphy, Zuiker... Es por esa brillantez y sencillez por la que Buffy es lo que es. No ha necesitado nunca de grandes aspavientos, sólo de grandes guiones, como el de Silencio (Hush) en la cuarta temporada, o El Cuerpo (The Body), probablemente la más honesta y adulta reflexión sobre la pérdida de un ser querido que se ha podido ver en televisión en mucho tiempo: porque en lugar de enseñarnos el funeral, la gente de negro, la tumba y esas cosas con mucha música cursi de fondo, Whedon se dedica a hablarnos del dolor que se siente justo tras conocer la noticia, cuando uno no entiende, no sabe, no alcanza a comprender. Todo es extraño y borroso y lleno de "¿y si...?". Los paramédicos, la morgue, el doctor, la gente que te quiere... Y todo ello sin una sola gota de música.
Son dos ejemplos, hay miles. La épica de las batallas por ejemplo. Y para demostrarlo y despedir el post, os dejo esta última batalla con la que se cerraba la serie y a la que puso música Robert Duncan. Con ecos que van desde El Señor de los Anillos a Gladiator, pura épica en una batalla final memorable. Algo que no se ve muy a menudo ni en televisión ni en cine, y que cuando se encuentra hay que atesorarlo. Sobre todo porque te hace disfrutar y no te insulta a la cara. Es lógico, coherente, cuerdo. Sin estridencias. Magnífico. Cuánto bien hacen al mundo audiovisual guionistas como Whedon.
Si alguien pregunta, me he ido a ver un par de episodios de Buffy.