miércoles, 25 de junio de 2008

Adiós a George Carlin


El pasado 22 de junio falleció uno de los grandes cómicos de Estados Unidos, especializado en monólogos. Nacido en Nueva York en 1937, sucumbió a un ataque al corazón en Santa Monica hace sólo dos días. Bastante desconocido para la mayor parte del público, el motivo de esta pequeña esquela es el mismo por el que su trabajo llegó hasta mí. Kevin Smith. El orondo director americano, del que soy un fan incondicional, incluyó a Carlin como una figura imprescindible de sus últimas películas, y pudimos verle en Dogma, Jay y Bob el Silencioso Contraatacan y Jersey Girl, en todas ellas con algunos de los mejores chistes de las cintas. Además también recientemente apareció en Scary Movie 3, parodiando todo el asunto del Arquitecto (que ya era una parodia en sí mismo) de Matrix Reloaded. Eso me hizo llegar al trabajo, excelente, que Carlin llevaba realizando como cómicoen los escenarios desde joven. Así que para él y en su memoria va este sentido pésame y este post. Nunca volveremos a verle robar escenas en películas de Kevin Smith, lo cual es una lástima. Espero que también sirva para dar un poco a descuibrir su trabajo y os anime a buscar algunas de las cosas que hizo, además de las mencionadas películas con Smith. Os dejo un par (De Jay y Bob y de Dogma) como muestra de lo que daba de sí este hombre, aunque esta vez las pongo en castellano. Va por él.





martes, 17 de junio de 2008

London Calls Again



Acabo de regresar entre brumas de un viaje relámpago a Londres. Película y entrevista para ACCIÓN. Veréis, normalmente en estos viajes te llevan a una ciudad como Londres a ver una película y hacer un par de entrevistas con los protagonistas de la misma. Esta es mi segunda salida y debido al control de información no puedo contar nada de la misma. Pero os aseguro que cuando salga la revista en su momento os informaré y ya os digo que merece la pena la entrevista, porque es totalmente exclusiva. Aunque de momento... hasta aquí puedo leer. Comprad ACCIÓN, leñe, y allí seguiréis informados.

El caso es que salí para Londres de madrugada y entre retrasos y demás llegué a tiempo de ver la película, hacer la entrevista tras una espera considerable y marcharme a dar un paseillo por Londres antes de volver a Madrid. Estuve en la ciudad algo así como seis horas, lo que no da tiempo para mucho, sobre todo si la mayor parte del tiempo lo pasas en un hotel (donde además de a mi entrevistado me crucé con Jonah Hill, David Krumholtz y el cantante de HIM) y una sala de cine. Lo poco que pude disfrutar fue antes de regresar a casa, cuando tuve algo más de una hora para ir a un reducto de la cultura friki de obligada visita para cualquier fan que se precie de serlo. Hablo de Forbidden Planet, una tienda a la que, cada cierto tiempo, debe hacerse peregrinaje.

Londres es una ciudad especial en muchos sentidos. Pasear por sus calles no es muy diferente de pasear por Madrid, la gente, las obras, los atascos, el caos urbanístico. Pero entre la arquitectura victoriana (hay veces que parece que caminas por una ciudad detenida en el tiempo) y cosas como Forbidden Planet... las cosas son muy distintas a Madrid. Como decía el bueno de Miguel, vivimos en una república bananera, al menos en lo que a cultura se refiere. Entrar en una tienda así es comprobarlo con creces. La cantidad de libros, cómics y DVD´s que tienen editados son espectaculares y en España no podemos aún ni soñar con ello. Joder, si hasta tienen un espacio dedicado a Jess Franco... y es un director español. Yo iba buscando alguna película y algún libro, pero al final me tuve que conformar con los libros y revistas (lo de las revistas es un universo aparte, cada serie de TV tiene su propia revista mensual, incluso después de cancelarse la serie). Sólo pude estar una hora y el problema de esa tienda es que siempre me pasa lo mismo. Necesito al menos tres horas para simplemente superar el subidón de ver tanto material allí expuesto. Tantas series de TV editadas, tantos miles de libros dedicados a la televisión y el cine.... La inmensa biblioteca de ciencia ficción y fantasía... Somos tercermundistas. Al final acabé comprándome el diario de Kevin Smith "My Boring Ass Life" inédito (por muchos siglos, seguro) en España, que era lo que iba buscando de cabeza, uno sobre la serie Ley y Orden: Unidad de Vícitmas Especiales (los casos basados en casos reales, hay que tener estómago para aguantar la serie por los temas que trata, pero es un brillante y continuo análisis de lo jodidos que estamos), La Wizard del mes, un recopilatorio del nacimiento de Veneno para un colega, una revista sobre series de TV freaks y una gorra de V de Vendetta. Total, unos 40 euros, menos de lo que esperaba gastarme... Apénas encontré DVD´s que me llamasen la atención en relación precio-interés (los que me interesaban no tenían ni subtitulos en inglés, así que mejor pillarlos en zona 1 mucho más baratos y subtitulados). Y me encaminé al metro feliz y contento... Craso error el mío.

Al llegar a Heathrow descubro que mi vuelo se retrasará al menos una hora debido al dichoso viaje del colega Bush (dando por saco hasta el final). Y me doy un paseo por las tiendas duty free... Y encuentro otro oasis. Una tienda de música, DVDs y videojuegos a precio duty free, con un surtido impresionante pese a ser más pequeña que el Game de Parque Corredor. Y el precio... Además tienen ofertas los jodíos... ¿Por qué no hay ninguna tienda así en el aeropuerto de Madrid? Claro que tampoco habría mucho donde elegir, teniendo en cuenta nuestro catálogo bananero. En fin... por otros 45 euros me compre la serie Damages, con Glenn Close, Las ediciones especiales de Supersalidos, Death Proof y Planet Terror, y una película que me encanta desde hace años y que en España está (sí, que raro) sin editar, Empire Records, también en edición especial. Para que hagáis cuentas la serie me costó la mitad de lo gastado y cada edición especial unos siete euros, menos Empire Records que estaba de saldo... Acojonante.

Camino a mi avión y en la espera conocí a dos agradables señoras que andaban perdidas por no saber inglés, en su regreso a Madrid desde Dublín. Y a Marisa, una azafata majísima, preciosa y encantadora que resulta que no sólo es de Torrejón, sino de mi mismo barrio y que hemos ido al mismo colegio juntos, sólo que con unos años de diferencia que me saca (aunque no los aparenta para nada). Marisa venía de Japón e iba camino Madrid a descansar en casa unos días. Así que fue una agradabilísima compañía en el camino de regreso a casa tras un viaje relámpago en el que no pude disfrutar de la ciudad de Londres, pero sí sacarle mucho provecho.

Somos culturalmente hablando tercermundistas.

lunes, 9 de junio de 2008

SIETE AÑOS EN LA CASA BLANCA

¡OJO! Puede haber algún que otro Spoiler en las siguientes líneas.


En una de esas locuras que me dan de cuando en cuando (habituales, para qué negarlo) acabo de tragarme en algo así como 30 horas la séptima y última temporada completa de El Ala Oeste. No he dormido y hubiese tardado menos de no tener que ir a currar. Pero, creedme, ha merecido la pena. Obviamente, y como tanto material de diversa procedencia, en España aún se encuentra inédita y ni tan siquiera se ha emitido en TV, pese a datar de 2005-2006, así que he tenido que acudir al mercado internacional para adquirirla porque, digan lo que digan, le pese a quien le pese, es la mejor serie de televisión de la historia. Sin duda alguna. Así que pasados los cuatro primeros episodios me encontraba tan absorto en la trama y las ganas de ver el final de la historia eran tales que no importaba dormir, pero necesitaba verlo todo.



A nivel personal no voy a negar que ésta es también mi serie favorita y predilecta de entre las muchas que devoro asiduamente con esa sensación extraña que da el estar realizando algo por y para tu trabajo, pero que además disfrutas enormemente. Acudir a estos últimos 22 episodios suponía por un lado la emoción de nuevas historias y, por otro, la tristeza de saber que son los últimos. Que no hay más. Hasta aquí ha llegado el viaje. Siete años en 154 episodios. Y esos sentimientos encontrados me hacían dudar si no debía posponer la experiencia. Tampoco se puede esperar eternamente. Así que...



Pero más allá de esa sensación de placer culpable, siendo lo más objetivo que se puede ser, El Ala Oeste es, de largo, la mejor serie de televisión jamás producida. Se me ocurren centenares de motivos en esta producción impecable para que resalte por encima de cualquier otra. Para empezar, la brillante labor de guión que ha sabido mover a sus personajes a través de un universo ficticio pero real durante todo este tiempo con una sabiduría, un desarrollo y una tensión en las historias, memorable. Por no hablar de esos diálogos lanzados como dardos, rápidos, inteligentes, ingeniosos, mordaces... Y los silencios... La dirección, heredada de Urgencias pero mejorada para aplicar vigor y la sensación de ser partícipe contínuo de la acción, componiendo algunos planos y algunas imágenes de una belleza impresionante. El mejor y más elegante reparto de la televisión, donde cada actor parece haber nacido para interpretar su personaje, haciendo muy difícil imaginárselos en otras circunstancias. La sabia producción que ha generado un mundo y un nivel a su alrededor muy difícil de superar (los sets de rodaje cada vez más impresionates, los riesgos asumidos cada vez mayores). Esta serie es lo que todos y cada uno de los productores, guionistas y directores de TV (y de cine, para qué negarlo) aspiran a crear y sólo ellos han llegado a lograr, bordando la perfección. Eso se merece un reconocimiento (y la lista de premios acompaña bastante, la verdad).



La séptima temporada no ha cambiado ni un ápice de los elementos que hicieron a esta serie lo que es, sino que ha intentado mejorarlos y arriesgarse, ir un paso más allá, tratando de sentar las que serían las características de una supuesta octava temporada que nunca llegó a producirse porque la audiencia había perdido interés y a la cadena NBC le parecía el momento perfecto de decir adiós a la serie. Así que nos encontramos con un pequeño desplazamiento del reparto original en favor de los que serían sus sustitutos, siguiendo la carrera electoral del Senador Arnold Vinick (Alan Alda) y el congresista Matthew Santos (Jimmy Smits) y dejando un poco de lado los azares de La Casa Blanca. Era algo que había empezado a introducirse con éxito en la temporada anterior, pero que aquí va un paso más allá comod eclaración de intenciones. Además tratando temas que a día de hoy siguen tan vigentes o más que en su momento de emisión, incluso adelantándose al futuro. En sus 22 episodios podemos ver cómo se trata el hecho de tener el primer candidato racial a la presidencia de EEUU (como ahora sucede con Obama), las masacres en Sudán, un posible conflicto con China, la fatalidad de una desgracia nuclear y cómo puede afectar un golpe así a las elecciones (algo que recuerda a nuestra propia casa)... Memorables episodios como the Cold, con una imagen final del senador Vinick que te deja helado y a la vez es un homenaje al cine clásico, The Ticket, Election Day (un doble episodio que debería enseñar a muchos cómo se hace televisión, con su soberbia mezcla de alegría y amargura), Requiem o, por supuesto, The Debate. Este último, probablemente la pieza televisiva más audaz que uno puede echarse a la cara en los últimos años, fue realizado en vivo y en directo, como si se tratase de un debate real, con todos los riesgos que ello conlleva. A lo largo de sus 50 minutos no sólo la trama del debate resulta absorbente (por Dios cuánto deben aprender los políticos españoles), sino que el prodigio de producción de realizar un episodio en vivo y emitirla a la vez, con todos los riesgos que implica, porque el mínimo detalle que salga mal, da al traste con toda la emisión. O la trama de la "traición" de Toby Ziegler. Simplemente insuperable.


Incluso la desaparición, triste y llorada, del gran John Spencer (el actor falleció en diciembre de 2005), en el papel de Leo McGarrey, se supo aprovechar dentro de la trama creando una serie de historias que aumentaron la calidad de la misma. Grandes regresos se dieron también, como el de Rob Lowe, que volvía a la Casa Blanca años después de su marcha. La aparición de Lowe cerraba el que podría haber sido el nuevo reparto de la serie, con Smits y Alda a la cabeza, acompañados de Jeanene Garofalo, Bradley Whitford y Lowe, con Marie Louise Parker asomándose de cuando en cuando, con Mary McCormack, Teri Polo, Janel Moloney y Kristin Chenoweth. Eso hubiese sido digno de ver. Pero no pudo ser.


Seguro que mucha gente nunca le dará una oportunidad a esta serie debido al creciente antiamericanismo que existe en el mundo. A poca gente le interesa ver cómo funciona el gobierno de un país que detesta. No se trata de eso. Se trata de la calidad. De la clase y la inteligencia. De aprender cómo funciona la sociedad occidental que nos ha tocado vivir (para bien o para mal) Y de que si los gobiernos los formasen gente como ésta, al mundo le iría bastante mejor. En cambio tenemos a Bush... Desgracias de la vida.


Os dejo un par de vídeos de la séptima temporada de esta obra maestra, que me ha hecho reír y llorar de emoción (algo que hacía mucho tiempo que no me pasaba), que me ha hecho disfrutar como nunca, pero que me deja el amargo sabor de la derrota. Perdimos tanto cuando se canceló la serie... Espero que sepáis inglés. El primero es el inicio de la temporada, que cobra un nuevo sentido tras ver todos los episodios. El segundo es una parte de esa joya que es The Debate. Disfrutadlos. Y si alguien desea saber más de esta obra maestra, que pregunte.

Siete años saben a poco...