martes, 10 de noviembre de 2009

Nueva serie para incondicionales, Castle


Voy a intentar poner orden en esta casa, que es la mía, y quitar algo de polvo a los muebles y las persianas, que dan asco de no tocarlas en meses. No sé cuánto me permitirá mi talante aguantar el ritmo, pero al menos voy a intentar dar algo de regularidad al blog, que ya va siendo hora. Y para ello vamos a intentar dar salida en él a las locas ideas que se me ocurren y que no tienen cabida en la revista, lo cuál, quiero recordar a todo el mundo, siempre es lo prioritario para mí. Así que siempre que no pueda pasarme por aquí, será porque esté haciendo algo para Acción.

De momento vamos a empezar con una serie que me vuelve loco desde hace casi un año, y que empecé a seguir, como todas, por necesidad laboral. Veréis, hay tres tipos de series. Las que sigo por obligación, porque hay que estar siempre informado de lo que sucede en ellas, aunque no me gusten. Las que sigo de cuando en cuando porque casi nadie las ve y con atender a algunos episodios ya vale (aunque luego haya que hacer acopios de temporadas enteras) y las que sigo por auténtica y genuina devoción, las adoro con locura, y me enfrento a cada episodio como un niño ante una golosina. En este grupo podemos encontrar cosas tan diversas como House, Sobrenatural, The Big Bang Theory, NCIS o la que ahora nos ocupa, Castle.

No voy a negar que la presencia de Nathan Fillion en el reparto como protagonista, me hizo entrar en la serie con muchas ganas. Por Dios, es el capitán Mal Reynolds, cómo no voy a concederle una hora semanal. Luego uno entra en el juego, en la historia de Castle, ese escritor de mucho éxito empeñado en ayudar a resolver crímenes con la excusa de tomarlos de base para su siguiente título. Y luego está Stana Katic, su compañera e interés romántico de la policía de Nueva York. Y tras ver los primeros 15minutos de serie, uno sabe que la cosa promete. Simple y llanamente porque hay química, porque existe ese rollito a lo "Luz de Luna" que tantas series ahn intentado explotar y que tan pocas han conseguido exprimir. Y ésta lo hace. La química entre Fillion y Katic es excelente, se puede casi palpar, y es lo que hace que los capítulos pasen ante nosotros a la velocidad del rayo. Pese a tratarse de una serie de crímenes todo está salpicado por un sentido del humor brutal, entre infantil (algo para lo que Fillion es único, como pudimos ver en Serenity) y socarrón, que también le pega mucho al actor. Una mezcla de referencias frikis a la cultura popular y persoanjes caóticos y lunñaticos, que dan un aire de surrealismo al conjunto que sirve para tragar con la premisa inicial, simple excusa para desarrollar lo que relamente importa, que son las relaciones entre personajes. Ya sea la nunca consumada historia de amor entre los dos protagonistas, la relación entre Castle y su hija, extremadamente madura para su edad (más que su padre), su alocada madre, los detectives que les acompañan (un duo que parece Chispa y Muelle en sus mejores años) o el capitán de policía, más interesado en contentar al alcalde y las relaciones públicas, que en resolver los casos o dejar trabajar a sus detectives con normalidad. Todo rezuma locura, un aire de lunatismo, como antes os decía, y un sanísimo sentido del humor que nos permite no tomarnos demasiado en serio los casos que surgen, y que a veces rozan lo macabro. Eso por no contar las partidas de poker con otros escritores famosos (y reales) que éste monta en su casa...

Pongamos un ejemplo práctico. Episodio especial dedicado a Halloween. Pirmera imagen. Natha Fillion se calza su disfraz de Halloween... que es ir vestido de Mal Reynolds, su personaje en Firefly y Serenity. incluyendo la pistola y los juegos con la misma. Nada más salir de su habitación, su hija le pregunta que qué disfraz se supone que es, "Cowboy del espacio". "No hay vacas en el espacio... además ese disfraz lo usaste hace como ... 5 años", la época en la que Firefly se emitía... la respuesta de Fillion, totalmente serio "Pero em encanta". A cualquier seguidor televisivo, simplemente esa escena tiene que convencerle. Pero durante el episodio completo hacen referencias a Buffy, a Frank Miller y sus etapas como artista, a Max Schreck, a Edgar Allan Poe (la hija de castle está leyendo El Pozo y El Péndulo "es el Saw original", Castle acaba disfrazado de Poe, cuervo incluido). Todo ello es simplemente una muestra del ingenio que reina en una serie que es única, en muchos sentidos, pese a parecerse a muchas otras que vinieron antes que ella. Como siempre, todo depende de cómo se cuente y de quién lo cuente. Apenas lleva dos temporadas, así que, en este caso, esperemos que nos lo sigan contando por muchos años. Y que llegue ya a España...

Os dejo el video del retorno del Capitán Mal Reynolds, aunque sólo haya sido durante medio minuto.

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